El Cisne Negro es un evento impredecible, repentino y generalmente catastrófico, pero bastante lógico en retrospectiva. Un ejemplo reciente en la criptoindustria fueron las caídas casi simultáneas y dramáticas en el token LUNA, la stablecoin UST y la criptomoneda principal BTC, que ocurrieron a principios de mayo de 2022. Echemos una mirada más profunda a lo que son los cisnes negros y los ejemplos más conocidos de tales eventos en las esferas cripto y financieras.
Lo esencial
La teoría del cisne negro fue publicada primeramente por el escritor y economista estadounidense Nassim Nicholas Taleb en su bestseller, The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable (El Cisne Negro: El Impacto de lo Altamente Improbable).
Según el autor de la teoría, los eventos del cisne negro están obligados a cumplir tres parámetros:
● imprevisibilidad, inesperabilidad;
● significancia de las consecuencias;
● posibilidad de descubrir retrospectivamente las condiciones previas al evento.
Como tal, Taleb denominó la crisis financiera mundial de 2008, el desarrollo de Internet y el estallido de la Primera Guerra Mundial como cisnes negros en su bestseller.
Curiosamente, Nassim Taleb fue un participante activo en el mercado de las criptomonedas. Sin embargo, el 12 de febrero de 2021 criticó duramente a Bitcoin en Twitter, refiriéndose a su excesiva volatilidad. Taleb vendió sus tenencias en BTC y enfatizó que solo «sociópatas con la sofisticación de amebas» no comprenden sus problemas actuales.
Los cisnes negros son especialmente peculiares a los procesos económicos, razón por la cual las industrias financieras y de criptomonedas los han experimentado más de una vez. Echemos un vistazo a los hechos más destacados que se han producido en estos sectores.
Criptojueves negro
El 10 de marzo de 2020, el criptoanalista Willy Woo tuiteó un gráfico de la actividad de los inversores en el criptomercado que registró fluctuaciones sospechosas. Woo sugirió que esto podría relacionarse al coronavirus, que se estaba propagando por todo el mundo. Es así que el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud designó oficialmente al COVID-19 como una pandemia.
Debido al pánico global, el precio de BTC colapsó casi un 50% el 12 de marzo de 2020. La principal criptomoneda fue seguida por las altcoins Ethereum y XRP, que colapsaron en un 30%. Todo el criptomercado siguió disminuyendo en capitalización por más del 40% en un solo día. Peter Schiff, presidente de la firma de corretaje Euro Pacific Capital Inc., comentó sobre la fuerte caída de Bitcoin y expresó que «el aire empezaba a salir de esa burbuja». Vale la pena señalar que el inicio oficial de la pandemia del coronavirus y el pánico en la industria se reflejaron de manera similar en los mercados de valores y energía.
El desplome bursátil de 1987
El 19 de octubre de 1987, se produjo la caída del mercado de valores global después de cuatro años de crecimiento constante. La caída récord del Promedio Industrial Dow Jones fue del 22,6%. Los mercados bursátiles de Hong Kong y Australia se desplomaron un 45,8% y un 41,8%, respectivamente, a finales de octubre. Poco después del desplome, se suspendió la cotización en las bolsas de valores ya que los equipos de cómputo de la época no podían procesar la cantidad de órdenes recibidas. La crisis fue causada principalmente por la sobreestimación del mercado, el fracaso comercial del programa y las peculiaridades de la psicología de negociación.
Sorprendentemente, 1986 fue un presagio del colapso, cuando los participantes del mercado vieron una recesión económica tranquila pero no le prestaron mucha atención.
Tanto la industria financiera como la de criptomonedas no son inmunes a los cisnes negros. Sin embargo, el criptomercado es más volátil que la industria financiera, por lo que la ocurrencia de tales eventos es más probable. Entre las caídas más grandes de Bitcoin, al menos algunas entran en la definición de cisne negro.
¿Cómo reaccionar ante los cisnes negros en la criptoindustria?
A pesar de la imprevisibilidad de los eventos del cisne negro, los participantes experimentados del criptomercado ya han aprendido cómo responder a ellos correctamente; asistidos por:
- análisis técnico;
- estudio de la historia de los mercados financieros y de criptomonedas;
- comprensión de los fundamentos financieros.
Los cisnes negros son impredecibles; esa es una de sus características. Por otro lado, siempre tienen requisitos previos objetivos que se hacen evidentes sólo después de que haya pasado un tiempo. Por eso, conocer la historia de los principales colapsos que ya ocurrieron en los mercados financieros y de criptomonedas ayudará a determinar la formación de macrotendencias en el tiempo y percibir con calma los cambios en general.
Es importante recordar que las crisis financieras, los cambios bruscos en los tipos de cambio de Bitcoin y otras crisis económicas son procesos cíclicos e inevitables directamente relacionados con los eventos del cisne negro. Entonces, como dice el viejo adagio: ¡Mantengan la calma y procedan con serenidad!