La corrección en el mercado de las criptomonedas comenzó simultáneamente con el segmento tecnológico del mercado de valores de los EE. UU., a fines de otoño de 2021, cuando los inversores se dieron finalmente cuenta del hecho obvio: la Fed había ignorado la inflación durante demasiado tiempo y era hora de que el regulador se ponga al día aplicando medidas incluso más estrictas de lo esperado. La pérdida de apetito por el riesgo se constituye en un impulsor clave de la desaceleración de los activos digitales y, a medida que cada banco central busque fortalecer su propia moneda para reducir los precios de importación, un cambio positivo no puede esperarse.

Este año, la Fed e incluso el BCE han implementado duras medidas de restricción monetaria, a pesar de los evidentes problemas económicos de la Eurozona. Este proceso ha incrementado sustancialmente el costo de financiación de las operaciones especulativas y propinó un duro golpe a los mercados financieros. Durante los últimos años, hemos sido testigos de la entrada al criptomercado de importantes actores que antes trabajaban con activos tradicionales. Como resultado, la turbulencia del mercado de valores no pudo evitar tener un impacto negativo sobre las herramientas digitales.

La comunidad de las criptomonedas recordará principalmente dos grandes quiebras que se dieron el año pasado. La primera fue sin duda el caso de Terra, que sobrevaloró en gran medida el mecanismo de fijación de precios de su stablecoin, resultando no solo en la devaluación de LUNA y el colapso de su supuestamente prometedor competidor, Ethereum, pero también en otra ronda de caída de la capitalización de mercado. Una serie de grandes quiebras (3AC, Celsius y otras) resultaron a una turbulencia prolongada. Cuando lo peor parecía haber pasado, las maquinaciones de Sam Bankman-Fried fueron descubiertas.

La caída del imperio de Sam fue repentina y extremadamente rápida; sin embargo, el mercado tendrá que lidiar con las secuelas durante mucho tiempo. La situación se ve agravada por el hecho de que solo hace unos meses ocurrió lo de Terra y los principales actores todavía no tuvieron tiempo de recuperarse por completo del susto. Digital Currency Group, que financió las operaciones de 3AC y eventualmente tuvo que cubrir la brecha con fondos de sus subsidiarias, es un caso puntual.

Obviamente, esto causó un grave daño a la reputación de la industria. A partir de ahora, las personas serán muy cautelosas en lo que respecta a los activos digitales. Añada a eso la falta de demanda por instrumentos riesgosos antes mencionada y obtendrá una receta perfecta para una corrección a largo plazo. Curiosamente, la Fed admite mantener condiciones estrictas hasta 2024, mientras que el halving de Bitcoin, un evento significativo para el criptomercado, se producirá a principios de 2024. Dicho de otra manera, el mercado bajista podría durar al menos un año más, durante el cual se pueden llegar a olvidar los escándalos de 2022. Hasta entonces, Bitcoin tiene todas las posibilidades de caer por debajo de los 10.000 $.

(Si desea tratar el tema de la columna con su autor, Anton Bykov, analista sénior de Esperio, puede enviar un correo electrónico al equipo editorial a media@coinspaid.com – ed.) 

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