Como parte del proyecto Génesis 2.0, varias organizaciones internacionales han unido sus fuerzas para explorar la aplicación de la tecnología blockchain en el contexto de las inversiones verdes.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI), el Centro Mundial de Innovación para el Cambio Climático de la ONU y la Autoridad Monetaria de Hong Kong (HKMA) han probado dos prototipos de bonos verdes tokenizados. El proyecto, denominado Génesis 2.0, pretendía explorar el uso de la tecnología blockchain, los contratos inteligentes y el Internet de las cosas (IoT) en la protección global del medio ambiente.
Como resultado del proyecto, dos equipos desarrollaron de forma independiente prototipos de bonos verdes tokenizados. Los nuevos instrumentos se miden en unidades designadas como «interés de resultados de mitigación» (MOI). Es una especie de derivado que representa contratos para el suministro futuro de créditos de carbono verificados para sus productores. Los compradores, por su parte, consiguen compensar sus emisiones de carbono con el suministro futuro de créditos de carbono.
El primer prototipo de bono verde, que fue desarrollado por Goldman Sachs, Allinfra y Digital Asset, implementó una infraestructura descentralizada basada en blockchain y contratos inteligentes para crear y distribuir MOIs, así como herramientas para proporcionar transparencia de datos de origen basados en IoT.
El segundo prototipo fue desarrollado por InterOpera, Krungthai Bank, Samwoo y Sungshin Cement. Utilizó la automatización basada en blockchain y las API de los productores de créditos de carbono para hacer un seguimiento de todo el «ciclo de vida» de las unidades MOI.
El proyecto se ha convertido en una continuación de Génesis 1.0, que también pretendía investigar los mecanismos basados en blockchain para la emisión de bonos verdes al por menor. Tal y como prevén sus iniciadores, Génesis 2.0 resolverá los problemas del “blanqueo verde” y la fiabilidad de los datos de los proveedores de créditos de carbono.
A modo de recordatorio, el uso de la tecnología blockchain en programas relacionados con el mercado de créditos de carbono y otras iniciativas ecológicas es ya una práctica habitual. Por ejemplo, Shell, Accenture y Amex GMT han puesto en marcha una plataforma basada en blockchain para comercializar combustible de aviación tokenizado neutro en carbono.