El banco es parte del gobierno. Un banco medio forma parte del sistema financiero. De este modo, el estado puede tomar la decisión unilateral de que la moneda nacional estará respaldada por gatitos. Los ciudadanos empiezan a criar gatos, ahora el criador es una profesión sólida y cosas por este estilo. Esta característica hace que el banco forme parte de un sistema centralizado.
Cada titular de la cuenta está identificado por el estado y por el propio banco. El sistema dispone de tu nombre, apellido, dirección de registro, lugar de residencia, ocupación, nivel de ingresos. Resultaría lamentable que estos datos cayeran en manos equivocadas. Desgraciadamente esto ocurre regularmente. De esta forma, los bancos no son anónimos, ya que guardan datos sobre los usuarios.
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Los empleados de los bancos pueden ganar dinero vendiendo datos. Cuando el servicio de asistencia del banco llama a un cliente, el operador siempre sabe el nombre, el apellido y la respuesta a la frase de acceso. Esto es necesario para que el banco pueda trabajar con los clientes. Pero también significa que los datos del banco no están cifrados. Dentro del sistema del banco, todos los empleados pueden averiguar tu nombre completo, lugar de residencia, nivel de ingresos y ocupación. Claro que el acceso a los datos está controlado por la seguridad, pero está legalmente prohibido borrar la memoria de las personas. Esto convierte a los bancos en un depósito de información sin encriptación.
El banco sólo sabe negociar con las personas que cumplen los contratos. Las personas que ejecutan los contratos son las que los validan y los componen. Esto hace que los bancos sean condicionalmente programables, pero limitados dentro del sistema financiero clásico. Un banco necesita miles de personas y su colaboración para funcionar correctamente. Los retrasos en las transacciones se deben a la interacción entre los distintos bancos y sistemas de pago.
Así pues, las criptomonedas son casi bancos, pero sin la participación de las personas y el gobierno.
Las criptomonedas también forman parte de un sistema muy grande, pero no tienen una minoría central que diga, «a partir de ahora, todas las monedas son equivalentes a un gatito». Este sistema se llama blockchain. Las decisiones sobre las criptomonedas son tomadas por múltiples usuarios con igualdad de votos. Nadie puede forzar la blockchain y obligarla a revelar los datos, contraseñas y nombres. Esto hace que las criptomonedas sean descentralizadas.
Blockchain tiene la capacidad de una Casa de la Moneda para emitir nuevos billetes. En el mundo de las criptomonedas, el proceso de impresión de nuevas criptomonedas se denomina la «Minería» y está presentada en muchas formas, desde la «excavación» en tarjetas de vídeo, hasta el uso de un sistema de delegación de activos en el que la criptomoneda se pasa a nodos para su ahorro.
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El titular de la criptomoneda no puede ser identificado por otros participantes. Las criptomonedas son completamente anónimas y no almacenan los nombres de sus propietarios, ni tampoco transmiten sus nombres completos a los demás. El anonimato es la idea básica que está detrás de las criptomonedas y es necesaria para que los participantes en la blockchain tomen decisiones sin prejuicios hacia los demás.
Las transferencias en criptomonedas son instantáneas. Los pagos en criptomoneda tardan entre 3 y 15 minutos, dependiendo de la carga de la red. Por ejemplo, cuando la carga es baja, una transacción tarda hasta 10 segundos. Cuando se transfiere dinero a través de blockchain, la transacción es validada por cientos de participantes que la autentifican.
Blockchain es capaz de ejecutar el código del programa. Esto la permite actuar como un departamento de contabilidad, pero sin el factor humano. Blockchain no va a comer a la hora del almuerzo, sino que procesa las solicitudes todo el tiempo. Estas pueden ser solicitudes de préstamos o referencias de transacciones. Cualquier proceso puede trasladarse a la blockchain gracias a la tecnología de los contratos inteligentes.
