Las economías emergentes están experimentando una adopción más rápida de las monedas digitales de banco central (CBDC) en comparación con los países desarrollados. Hasta ahora, 11 países en desarrollo han lanzado o están probando CBDC, mientras que sólo 8 países desarrollados están realizando pruebas piloto.
Los analistas de CoinGecko afirman que los países en desarrollo están avanzando más rápidamente hacia las CBDC en comparación con los países desarrollados. Llegaron a estas conclusiones tras analizar las estadísticas del Atlantic Council.
Por el momento, 11 países con economías en desarrollo ya han lanzado o están probando una moneda digital del banco central. Por ejemplo, en Nigeria, el naira digital (eNaira) ya se utiliza activamente para pagar bienes y servicios, incluidos los pagos sin contacto. Asimismo, la moneda digital ya se ha emitido en las Bahamas y Jamaica.
Al mismo tiempo, 8 países con grandes economías sólo siguen explorando el potencial de la CBDC, sin tener previsto emitir el instrumento en breve. Por ejemplo, las autoridades de Corea del Sur, Japón y Canadá están realizando pruebas piloto. Y sólo un país está cerca de una emisión completa de CBDC en un futuro próximo: China, cuyas autoridades están ampliando activamente las capacidades del e-CNY.
Por otro lado, la mayoría de las principales economías del mundo aún están estudiando los posibles efectos de la emisión de CBDC sobre el sistema bancario local y la política monetaria y ni siquiera pueden decidir la estructura definitiva de los proyectos piloto. Por ejemplo, países como EE.UU. y el Reino Unido se encuentran todavía en la fase de investigación, aunque reconocen la necesidad y la eficacia de la tecnología.
Los analistas de CoinGecko explican esta divergencia en el nivel de interés por la CBDC por el hecho de que los países con economías en desarrollo consideran la moneda digital como una herramienta para ampliar el acceso a los servicios financieros, lo que no es un problema para los países con economías desarrolladas. Por otro lado, las autoridades de los países grandes expresan su escepticismo ante esta tecnología, ya que la digitalización de la economía puede tener un mayor impacto negativo en su sistema financiero, creando riesgos adicionales para el mismo.
Recordemos que, según los últimos datos, el 93% de los bancos centrales del mundo están realizando estudios sobre CBDC de un modo u otro.