En el mercado de las criptomonedas, una mayor precaución nunca está de más, pero por el momento no hay motivos serios para que las principales stablecoins se desplomen. En primer lugar, cabe señalar el hecho de que las stablecoins convencionalmente pueden dividirse en dos grupos: las que tienen y las que no tienen garantía en dólares. UST de Terra pertenecía al segundo tipo: los tokens nativos de LUNA actuaron como garantía. Inicialmente, la idea de utilizar un activo tan volátil para ese fin era bastante cuestionable: un inversor obtendría 1 UST a cambio de 1 $ en LUNA, por lo que los problemas de un activo pasaron al otro y apareció la llamada “espiral de la muerte”. Aunque se evitó el impacto negativo en otros activos, es poco probable que cualquier proyecto serio aplique un mecanismo similar.

Hay que entender que existe una stablecoin DAI, que lleva en el mercado desde 2017. Su vinculación al dólar está respaldada por la garantía excesiva de otras criptomonedas (principalmente Ethereum): para obtener 100 $ en DAI un inversor necesita proporcionar 150 $ en ETH. En este caso, se bloquean 50 $ por si el valor de la criptomoneda depositada empieza a caer en picado. Gracias a este mecanismo, siempre hay suficiente dinero en DAI para asegurar el tipo de cambio.

En Acala, un proyecto basado en Polkadot, han creado una stablecoin algorítmica aUSD que también usa la garantía excesiva. Por los recientes comentarios de los promotores, el proyecto está más que seguro de su elección después de lo ocurrido con UST. Además, poco antes de que UST se desplomara, vimos las dificultades de USDN (Neutrino USD, la stablecoin de Waves), cuyo valor disminuyó instantáneamente a $ 0,77. En este momento ya ha conseguido recuperarse. USDN es una stablecoin algorítmica basada en el token nativo de la red, cuya vinculación al tipo de cambio del dólar se mantiene mediante la quema y creación de nuevas monedas WAVES. En otras palabras, si los desarrolladores han creado un mecanismo adecuado para que la moneda funcione, es menos probable que colapse.

Por otro lado, tenemos las stablecoins, que están respaldadas por dólares y valores denominados en moneda estadounidense. Las emiten empresas privadas y centralizadas que controlan las reservas y contratan a auditores externos para que los usuarios confíen en la seguridad de las monedas. USDC de Circle y Coinbase es un instrumento más transparente que USDT de Tether, que no comparte tan activamente la información sobre sus reservas. Sin embargo, a pesar de todas las críticas, USDT sigue siendo el instrumento más popular, y su colapso sería un verdadero golpe para todo el mercado de criptomonedas. No obstante, no hay razón para entrar en pánico: al igual que el resto de stablecoins de primera categoría, USDT parece estable y su futuro es brillante. A diferencia de sus equivalentes descentralizados, estas stablecoins pueden bloquearse en las cuentas de los usuarios a voluntad de los emisores. Por la estabilidad del tipo de cambio deben pagar el riesgo de bloqueo. 

Conviene recordar que el mercado de las criptomonedas es un campo de experimentos. Sólo mediante el ensayo y el error se puede crear algo único y útil. Sin embargo, los inversores deben ser siempre lo más escépticos posible ante cualquier novedad y tener en cuenta todos los riesgos. A la luz de los últimos acontecimientos, quisiera dar un consejo: no hay que intentar coger un “cuchillo que está cayendo” con la esperanza de que el movimiento de los precios termine pronto. La tentación de comprar las monedas de un proyecto en dificultades es muy alta, porque conocemos las historias de compras exitosas de activos que se depreciaron rápidamente y luego se recuperaron. Pero los riesgos de un colapso total de un proyecto, especialmente en el mercado de las criptomonedas, siguen siendo bastante evidentes. Es mucho mejor centrarse en proyectos sólidos que han perdido valor junto con el resto del mercado, en lugar de hacerlo por sus propias debilidades.

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