Representantes del Banco de Pagos Internacionales (BPI) han realizado un análisis comparativo de las stablecoins y el dinero fiat. La breve conclusión es que el mercado de monedas estables necesita un registro único y una regulación global por parte de un banco central o una estructura similar.
Los analistas del BPI publicaron un informe, “On par: A Money View of stablecoins”, cuyo objetivo era identificar los puntos débiles de los mecanismos de liquidación utilizados en las stablecoins en comparación con la liquidación nacional y extraterritorial en dólares estadounidenses. La principal conclusión del estudio fue que un modelo operativo en el que la regulación corre a cargo de los bancos centrales es superior a un modelo basado en el funcionamiento de entidades crediticias privadas.
Según los analistas, las monedas estables carecen de mecanismos cruciales que garanticen la estabilidad del mercado monetario en moneda fiduciaria. En concreto, se refiere a los préstamos que el Banco Central concede a los bancos privados en condiciones de desestabilización financiera. Como ejemplo, el informe cita la situación resultante de la crisis financiera que estalló en 2008. En aquel momento, la Reserva Federal proporcionó 600.000 millones de dólares en swaps de liquidez a otros bancos centrales, proporcionando demanda para retiradas y apoyando el valor nominal del dólar estadounidense.
Las stablecoins, a su vez, están respaldadas por reservas en divisas fiduciarias y valores, activos digitales y protocolos de negociación algorítmica. El principal inconveniente de este sistema, según los investigadores, es la creencia errónea de que la solvencia de los emisores de stablecoins, es decir, la capacidad de satisfacer la demanda a largo plazo, se produce a expensas de la liquidez, es decir, la capacidad de satisfacer la demanda a corto plazo.
Además, gran parte de las reservas que proporcionan valor a las stablecoins representan el “valor equivalente de activos seguros en dólares a corto plazo” que están inevitablemente ligados al mercado de papel moneda. En consecuencia, la estabilidad de las stablecoins está estrechamente ligada a las condiciones económicas actuales. Pero si el sistema financiero tradicional dispone de mecanismos que permiten mantener la liquidez bancaria en condiciones de crisis económica, las stablecoins están privadas de tales mecanismos.
Como conclusión, los analistas del BPI recomiendan utilizar la Red de Responsabilidad Regulada (RLN) para crear un “sistema bancario completo” para las stablecoins basado en un registro único, que debería incluir un banco central como regulador. Esto permitiría a las stablecoins ganarse la confianza de los inversores institucionales, de la que carecen actualmente las stablecoins privadas.
Como recordatorio, en julio de este año especialistas del Centro de Innovación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York (NYIC) llevaron a cabo con éxito una prueba de concepto como parte del trabajo sobre la Red de Responsabilidad Regulada (RLN), con la participación de empleados de SWIFT y nueve importantes instituciones financieras. Y ya en septiembre, las autoridades británicas anunciaron planes para iniciar pruebas piloto de la libra digital utilizando la infraestructura de la RLN.